En Estados Unidos cuando se habla de pequeñas empresas se mencionan las ?tiendas de papá y mamá?.
Creo que aquí, cuando pensamos en pequeños empresarios, pensamos en la producción doméstica de cosas que se comen: cajetas, empanadas, postres y artículos por el estilo.
El mundo, sin embargo, cambió. Lo que promete mejores resultados, ocupación e innovación, son los pequeños negocios conectados con grandes negocios, que es lo que se llama encadenamientos.
No es lo mismo salir a vender frutas del cerco a la vera del camino, que venderle frutas picadas al hotel vecino que recibe cientos de turistas.
Después de lo que nos pasó en el campeonato mundial de fútbol, me pregunto cuántos jóvenes, con mayor talento, con mayor potencial futbolístico que los seleccionados, andarán por ahí sin haber sido descubiertos, o bloqueados por los reclutadores de los equipos.
Igual me pregunto cuántos jóvenes con talento para desarrollar pequeños proyectos, andarán por ahí sin sentirse llamados, bloqueados por el paradigma que una pequeña empresa es una venta de refrescos y comidas en la plaza del pueblo.
Necesitamos que muchos químicos, abogados, agrónomos, odontólogos, maestros indaguen dentro de sí mismos, de qué manera podrían conectar su talento, sus ilusiones, sus conocimientos, con proyectos para crear valor.
La maestra que ofrece tutorías en su casa, crea valor. El odontólogo que establece un plan de crédito para que más gente tenga acceso a la ortodoncia, crea valor. El abogado que da servicio a domicilio, crea valor.
Se ha dicho que el problema no es la sobrepoblación universitaria sino que los graduados salen ?buscando un empleo?, y que las universidades deberían equiparlos para que se auto-emplearan.
No creo que sea posible crear un empresario mediante un curso universitario. Sí creo, en cambio, que mediante unas cuantas actividades muy sencillas, se podría desbloquear, liberar de los paradigmas al espíritu emprendedor de muchos jóvenes y dejar que se manifieste para su provecho económico y espiritual.
Álvaro Cedeño
Opine en el debate: ¿Si fuera extranjero con el capital necesario, invertiría en el país?
Comentarios