El convenio comercial con el vecino país exigirá al sector industrial inversión en tecnología y recursos humanos para aumentar el volumen de producción y ampliar el comercio.
En esto coinciden exportadores quienes aseguran que una vez llegado a cero el arancel, lograrán crecimientos desde el 6 hasta el 500 por ciento, según el mercado para sus productos.
Javier Freer, gerente de exportaciones de Pastas Roma, dijo que el acuerdo comercial con el vecino país los obliga a crecer, introducir más equipo y personal que apoye las partes del proceso no automatizadas.
Representantes de otras empresas, como Musmani, Chiclera costarricense o Praxair, exportadora de dióxido de carbono, oxígeno y nitrógeno, aseguran que están tecnológicamente preparados, pero que sí necesitarán más empleados.
?El tratado genera más fuentes de empleo aquí y en Panamá?, indicó Franco Pacheco, vicepresidente de Musmani.
Así como los empresarios ticos pretenden aumentar las exportaciones e introducir nuevos productos en Panamá, los vecinos también identifican oportunidades de crecimiento en el mercado nacional.
Frank Tedman, gerente de producción de Industrias Lácteas Estrella Azul, dijo que su intención es traer a Costa Rica productos de valor agregado como helados y yogur. Admite que no será fácil competir porque el producto local es de alta calidad.
Juan Kienner, dueño de Productos Kienner (de embutidos), espera iniciar exportaciones a Costa Rica, cuando el acuerdo entre en vigencia. Le apostará a la calidad para convencer al consumidor.
Farid Gozaine, gerente general de Central Industrial Chiricana S.A, productora de ron, pretende entrar con una bebida especial que recién crearon.
Pros y contras
Es pronto para que los empresarios tengan cuantificada la inversión requerida una vez que entre en vigencia el acuerdo, cuando sea ratificado por la Asamblea Legislativa.
Pero por ahora la mayoría aplaude los beneficios arancelarios. Otros sectores como confites, salsas preparadas y porcinos opinan que el tratado quedó en deuda por mantener alto arancel, sin cuota y con norma de origen.
El reclamo del sector es que en muchas ocasiones Panamá no abastece lo suficiente, pero en el acuerdo queda claro que de probarse se rompe el origen.
El tratado logró libre comercio inmediato para el 93,2 por ciento del sector industrial y para el 78,5 por ciento del sector agrícola.
El resto de los productos tienen desgravaciones entre cinco y 17 años, muchos con una cuota fija anual, libre de arancel.
En industria, que hoy representa el 98,4 opr ciento de las exportaciones a Panamá, todas las normas de origen quedaron flexibles.
El tratado con Panamá se finiquitó después de 39 años de relación comercial formal. Pronto llegará a manos de los diputados para decidir su ratificación.
Pablo Fonseca y EFE
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