América Latina tiene como principal tarea en materia de pensiones ampliar la cobertura de sus distintos sistemas a una mayor cantidad de sectores de la población, concluyó la CEPAL.
Asimismo, los países latinoamericanos deben incorporar sistemas mixtos de jubilación, es decir, que combinen regímenes de reparto, de capitalización individual y el no contributivo, para mejorar la calidad de vida de las personas en la vejez.
Las conclusiones se desprenden del informe que presentó la semana pasada la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) titulado La protección social de cara al futuro: acceso, financiamiento y solidaridad.
Según la CEPAL, las reformas en los sistemas de pensiones deben tender a ampliar la cobertura de los esquemas de jubilación que cubren a aquellas personas pobres que no pueden ahorrar para afrontar el periodo post trabajo. Estos sistemas son los no contributivos.
Para alcanzar ese objetivo se debe mejorar el componente de solidaridad del sistema reparto (los aportes de los trabajadores crean un único fondo que da soporte a los beneficios de los jubilados).
Los países deben diseñar un modelo que integre ambos esquemas, donde existan incentivos para cotizar al sistema de reparto y que se garantice la viabilidad financiera a corto y largo plazo de este.
El mismo debe contar con reglas claras y equitativos en los beneficios que reparten.
Mientras el no contributivo debe estar orientado únicamente a personas en pobreza, por lo que se deben desarrollar los métodos de control para que los recursos no se destinen a otros fines o que los beneficios sean recibidos por personas que no califican.
El estudio de la CEPAL agrega que los dos sistemas anteriores se complementan con un esquema de capitalización (trabajadores realizan aportes a una cuenta individual de ahorro) que sea competitivo y de bajo costo para el afiliado.
Empero, para cumplir con esos objetivos es necesario incrementar el crecimiento económico, el cual debe ir acompañado de más empleos y un mayor ingreso real de la población, empresas y gobiernos.
Problemas. América Latina está enfrentando un proceso de rápido envejecimiento de la población, caracterizado por una baja tasa de fecundidad y el aumento de la esperanza de vida.
?Este fenómeno ejercerá una considerable presión sobre el financiamiento, tanto de los sistemas contributivos basados en el reparto, como de los sistemas de pensiones no contributivos?, indica el documento.
A esto se suma que la mayoría de los países que han mantenido sistemas de reparto no han procedido a realizar reformas para enfrentar la falta de recursos para financiar las pensiones de sus jubilados y no han logrado absorber adecuadamente a la población sin capacidad de ahorro.
Además, las reformas implementadas en los últimos 25 años en varios países, aunque han logrado reducir la presión financiera a largo plazo sobre los esquemas de reparto, tendieron a socavar la solidaridad inherente a los sistemas tradicionales y no lograron mejorar la cobertura.
Para considerar
Modelos mixtos: Es aquel en que los trabajadores aportan simultáneamente a un sistema de reparto y uno de capitalización.
Países como Argentina (en 1994), Uruguay (1996), Costa Rica (2001) y Ecuador (2001) mantienen este tipo de modelo.
El sistema de reparto otorga un beneficio definido y es de administración pública, mientras en el segundo, es una contribución definida y la administración es privada.
Baja cobertura: De los 18 países de la región, en promedio de cada 10 personas mayores de 70 años, cuatro recibe directamente un beneficio por pensión. La situación se complica para el 2025 con el rápido envejecimiento de la población.
David Leal C.
Opine en el debate: ¿Por efectividad prefiere trabajar solo o en equipo?
Comentarios