A partir del día de hoy y probablemente por varias semanas, por no decir meses, las distintas empresas van a verse en la complicada situación de buscar operar “normalmente” con las condiciones en que la tormenta tropical Nate ha dejado al país.
El primer reto a sobrellevar es ¿cómo operar normalmente, cuando los trabajadores de la empresa han sufrido las consecuencias de la tormenta?, lo cual puede implicar desde haber sufrido algunas pérdidas patrimoniales, todas sus pertenencias y casa o hasta familiares y seres queridos.
En este aspecto nuestra legislación laboral es omisa, dejando al criterio de cada empresa establecer si otorgará algún permiso o licencia en los casos fallecimiento de familiares, pérdida o destrucción de la casa, inundación o imposibilidad de presentarse a trabajar por caída de puentes o bloqueos de vías de tránsito.
Un elemento que debe prevalecer en estos casos es la buena fe, entendida como la búsqueda del respeto mutuo y la comprensión de situaciones difíciles que tanto trabajadores como empresas deberán enfrentar durante este tiempo de recuperación.
Respecto a estos permisos o licencias, se recomienda analizar los casos por separado y clasificarlos de acuerdo a su gravedad. Algunos parámetros a considerar incluyen que la empresa valore cada situación, procurando evitar simplemente aprobar vacaciones obligadas para todos los casos, pues debemos recordar que las vacaciones son para descansar y recuperar energías y durante estos días los trabajadores afectados deberán lidiar con problemas y situaciones de estrés que en ningún caso implicarán un descanso efectivo.
Tomando en cuenta lo anterior, acuerdos para reponer el tiempo posteriormente, permisos con o sin goce de salario o la ejecución de políticas de Responsabilidad Social Corporativa podrían ser soluciones a analizar por parte de la empresa.
Otros elementos que se presentarán en las empresas tienen que ver con llegadas tardías o la necesidad de aprobar horarios especiales para trabajadores que por las condiciones de los caminos y carreteras no puedan cumplir su horario normal. Acá es importante mencionar la diferencia entre trabajadores mensuales y por hora, sin embargo, en situaciones donde dejar de percibir salario por las horas no laboradas, implica dejar de satisfacer necesidades esenciales del trabajador y su familia, pareciera se requiere de alternativas que podrían implicar un costo económico para la empresa, pero sin duda serán retribuidas en un mayor compromiso, pertenencia y agradecimiento por parte de los trabajadores afectados.
Una vez las condiciones de vida de los trabajadores poco a poco les permita volver a la prestación normal de los servicios, surgirán otra serie de retos, por ejemplo, en el caso de trabajadores que deben cumplir una determinada ruta o una meta de ventas que se vea afectada por las consecuencias de la tormenta, ¿cuáles serán los criterios razonables para que la empresa flexibilice esas obligaciones, hasta tanto no puedan ser cumplidas nuevamente en parámetros regulares? Pareciera que obligar a un conductor a estar en un bloqueo por horas dado que el camino está obstruido no es razonable, como tampoco lo será el exigir el cumplimiento de tiempos, rutas o estándares previamente establecidos, cuando ellos se vean afectados por las consecuencias del fenómeno natural.
Una vez más, la comunicación y el respeto entre los trabajadores y la empresa serán la receta indicada para superar los retos y calamidades que representa un evento como el que recién afectó a nuestro país. Documentar esos acuerdos y particularidades, es recomendable en todos los casos.
Alejandro Trejos
atrejos@bdsasesores.com
Comentarios