El pasado 9 de octubre el mundo despertó con un nuevo líder de EE.UU., el señor Donald Trump fue electo Presidente, lo que generó múltiples reacciones en todo el planeta.
Si bien los matices políticos de dichas características dan pie a un más que extenso análisis, es atinado reflexionar cómo podemos tomar lo sucedido a fin de buscar resultados positivos en el manejo de un centro de trabajo.
Liderazgo positivo
En el ámbito de clima organizacional se busca diferenciar al jefe del líder, esto en el tanto el concepto de líder brinda un panorama más alentador para el resto del personal al poder visualizar de cierta manera a alguien empático y consciente de las particularidades de cada quien.
Enfocándonos en el aspecto propio de los centros de trabajo, una correcta comunicación con el personal de parte de quienes ocupan puestos de jerarquía y mando es fundamental para el correcto desarrollo de las actividades diarias.
Lo anterior amerita la necesidad de contar con canales de comunicación apropiados y debidamente regulados.
Aunado a esto, las organizaciones pueden valorar la posible implementación de distintos incentivos para su personal, resultando vital que los mismos sean analizados de antemano en razón de la naturaleza que puedan ostentar y consecuentemente ser debidamente regulados a lo interno de la organización.
Un correcto liderazgo acompañado de incentivos por las labores realizadas ciertamente genera en el personal una motivación adicional, aspecto que repercute de manera positiva en el día a día de toda organización.
Un alto a la discriminación
En todo centro de trabajo podremos encontrar una multiplicidad de características propias de cada empleado, reflejando así un aspecto inherente del ser humano, el cual es la diversidad.
Todo líder de un centro de trabajo debe saber manejar correctamente este aspecto, procurando que siempre impere el respeto, aspecto que inicialmente debe reflejarse a través de las conductas de quienes ostenten una posición de liderazgo y jerarquía.
Lo anterior es reforzado a partir de las nuevas disposiciones de la Reforma Procesal Laboral que entrará en vigencia el próximo 25 de julio de 2017, prohibiendo la discriminación en el trabajo por razones de edad, etnia, sexo, religión, raza, orientación sexual, estado civil, opinión política, ascendencia nacional, origen social, filiación, discapacidad, afiliación sindical, situación económica o cualquier forma de discriminación.
Resulta de suma importancia combatir los problemas de género por prácticas que atenten contra la mujer, lo cual normalmente puede desencadenar en casos de hostigamiento sexual así como del lamentable trato discriminatorio por temas de desigualdad en términos salariales y demás.
El contar con políticas internas que prevean estas situaciones contemplando un procedimiento con las debidas garantías es un paso adelante para combatir este tipo de situaciones, sin embargo es claro que se trata de un tema social y cultural que debe evolucionar hacia un correcto trato a todas las poblaciones.
A fin de evitar situaciones indeseables de discriminación que puedan luego derivar en casos de hostigamiento laboral o de discriminación, en razón del procedimiento especial que instaura la Reforma Procesal Laboral, resultando recomendable contar con los instrumentos de regulación y prevención, por ejemplo políticas en contra de discriminación y del correcto manejo de las relaciones en la organización.
El éxito de toda empresa depende su gente, desde los mandos superiores hasta el personal de menor rango. Eso sí, el rumbo a tomar parte de la dirección de quienes ostenten el mando.
Guillermo Vargas Masís
gvargas@bdsasesores.com
Comentarios