Un punto de inflexión estratégica es el momento preciso cuando cambia una o varias condiciones sobre las cuales está basada una estrategia o propuesta de valor.
Cuando esto sucede, cambian las reglas del juego que habían regido hasta ahora.
Todos los días se llega a puntos de inflexión estratégica y muchos de ellos no son reconocidos.
Esta miopía es la que genera la desaparición de algunos negocios. Algo cambió, pero no se sabe qué. Ese ?qué?, debió haberse identificado antes de que ocurriera, es un punto o la consecuencia de varios puntos de inflexión estratégica.
Ahora, no se debe creer que estos pequeños y paulatinos cambios son el anuncio de un fracaso inevitable.
Al contrario. Las empresas que entiendan cuáles son los factores susceptibles al entorno de su negocio, logren identificar e interpretar los pequeños giros en el tiempo, y tomen las decisiones correctivas necesarias estarán en una posición privilegiada ante sus competidores.
La capacidad de controlar estos puntos de inflexión, o mejor aún de generarlos, es una característica especial de las empresas enfocadas a la ejecución de su estrategia, considerando factores internos y del entorno.
Cómo se reconocen
Una rana ingresa a una poza cuya temperatura está a unos 20 grados centígrados. La temperatura del agua empieza a subir lenta pero constantemente, hasta llegar a los 50 grados.
La rana muere porque no fue capaz de interpretar que los cambios en la temperatura la podían afectar. Caso contrario, si el agua estuviera a una temperatura de 50 grados y la rana ingresa, inmediatamente ésta salta hacia afuera y se salva, al percibir un cambio drástico.
Claro que los cambios no son siempre tan evidentes, por lo que hay que identificar cuáles son los factores que pueden afectar el logro de los objetivos y entender cómo aquellos son influidos por el entorno.
También hay que identificar quiénes son los protagonistas del cambio, véase recuadro ?Puntos de inflexión?
Una vez que se conoce esto, es posible medir pequeños cambios e interpretarlos en beneficio propio.
Algunos de ellos no serán de cuidado pero, por lo menos, al identificarlos la empresa estará alerta por si se vuelven críticos. Además, al aprender a medirlos, se pueden administrar y controlar.
Algunos ejemplos
Entre los factores externos están los cambios en los competidores o entorno competitivo, por ejemplo tratados de libre comercio, apertura comercial, y desregulación arancelaria, entre otros.
Todos estos cambios son generados paulatinamente, muchos de los cuales son perceptibles y, sin embargo, no se les da la importancia del caso.
Al contrario, muchas empresas, en lugar de buscar la manera de mantenerse competitivas, luchan contra el cambio, desgastándose y perdiendo tiempo valioso.
Wal-Mart es un ejemplo claro. Indiscutiblemente traerá cambios en Costa Rica, como en regulaciones, certificaciones, presión por una mayor productividad, capacidad de producción, eficiencia en entregas, servicio posventa, aseguramiento de continuidad de negocios y gestión de riesgo.
Simplemente hay que ponerle un poco más de formalidad, estructura y atención a un ejercicio mental que muy probablemente se hace inconscientemente. Vale la pena.
Bien puede ser la diferencia entre el éxito y el fracaso. De paso, se habrá adquirido un conocimiento invaluable del dinamismo del entorno y de su negocio.
El fruto del éxito alberga la semilla del fracaso: 10 de las 25 empresas del estudio de Tom Peter En Busca de la Excelencia, están hoy quebradas o en vías de estarlo.
Estas organizaciones, consideradas, en su momento, modelos de desempeño corporativo, ya no lo son más.
Fernán Gallegos
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