Seguro que cada vez que piensa en tener su propio negocio mira para un lado y para otro con el afán de encontrar una idea, dinero y valor para hacerlo, mientras envidia a conocidos que ya se animaron.
Para unos es asunto de tener una idea o el capital y para otros solo hay que arrancar.
Esto último es lo que piensa el estadounidense Rob Adams, consultor e inversionista que estará el 22 de agosto en la cátedra Walter Kissling a invitación de el semanario El Financiero y el Incae.
Él escribió un libro de los fundamentos para tener una empresa. Lo tituló A good hard kick in the ass: basic training for enterpreneurs, que traduciría discretamente como ?Un buen puntapié en el trasero?.
Convertir clavos en oro
Las guías para crear empresas son abrumadoramente aburridas y nunca dicen cómo convertir clavos en oro.
Por ejemplo, la Guía para crear tu empresa de Álvaro López-Amo (Editorial Espasa Calpe S.A., 1997), dice que se debe empezar por analizar si se está o no preparado para ser empresario e incluye asuntos legales, errores comunes, estructura empresarial, finanzas, impuestos (con todo y escalofríos) y el plan del negocio.
Adams le da un puntapié a todo eso. Esos aspectos se resuelven por sí solos si el emprendedor se adhiere a los fundamentos del negocio.
¿Cuáles son esos fundamentos? ?No hay fórmulas mágicas?, afirma. (Es decir tampoco dice cómo hacer oro).
Pero, eso sí, advierte, repite e insiste que el negocio debe ser validado en el mercado. Además, que la idea del negocio no necesariamente será única, el producto que nadie tiene y el artículo que a ningún mortal se le ocurrió desde la invención del fuego.
Adams reprende al lector o al menos a los que le llegan pidiendo dinero ?porque como inversionista ángel, él tiene la valentía de apostar en empresas que todavía no existen? y le dicen que su ?idea es única?.
Nada es único. ?Si me viene con eso, su credibilidad es cero?, advierte.
Adams sugiere que hasta en Internet se podrá encontrar con facilidad cuál es la competencia. Luego se puede buscar estudios de mercado (en la misma Internet y en las bibliotecas universitarias) y más tarde se debe pasar a hacer estudio propio. Eso sí, debe ser muy objetivo y científico para que no existan autoengaños.
Si ya tiene competencia no se preocupe: eso significa que sí es un negocio muy rentable y que no debe tener miedo en lanzarse al agua.
Lo que debe hacer es analizar cómo hacer un producto o servicio más fácil, rápido y eficientemente basándose en la tecnología, teniendo en cuenta que el mercado cambia y deberá tener la flexibilidad para adaptar su producto, por lo cual la validación es una tarea de nunca acabar.
Esto es una tarea que también deben realizar las firmas existentes, a las que les dedica los últimos capítulos del libro.
Ejecución inteligente
El segundo fundamento que propone Adams es lo qué llama la ejecución inteligente. ¿Qué es eso?
Pues que no se quede pensándolo dos veces: empiece el negocio. Hágalo antes que el mercado cambie, su competencia y su producto cambien, y los clientes ya no sean los mismos.
Hágalo rápidamente (pero no se brinque la validación de la idea de negocio o producto). El libro de Adams (en Amazon.com y en Barnes and Noble.com vale entre US$10 y US$24) da las claves para ganarse a los inversionistas ángeles y de capital de riesgo.
Algunos consejos son tan simples que lo salvaran de más de una pena: haga una presentación de su negocio de menos de 15 minutos, use Power Point y en no más de 12 slides, presente a su equipo (la tercera clave) y tenga un plan de negocios, por si se lo piden.
Más importante que el plan de negocios lo es su equipo de colaboradores (y las alianzas), pero si tiene que elaborar un plan de su negocio bótelo cuando tarde más de una semana redactándolo. ?Si dura más, está en el negocio equivocado?.
¿Y sabe que es un inversionista buitre? Son los que solo quieren dinero rápidamente y son capaces de sacarlo de su negocio. Pero hay más tipos de inversionistas y el libro dice cómo negociar con todos.
Carlos Cordero Pérez
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