Controles excesivos afectan a empleados

No hay corrillo, ni reunión social donde no se acumulen como abejas al panal trabajadores de todos los niveles a comentar el divorcio entre lo que se dice y lo que se hace en la empresa.

Por ejemplo, hay una conocida empresa donde la mayoría de los trabajadores son mujeres.

Ir al baño tiene un horario y un límite de cinco minutos; un retraso de 45 ó 60 segundos en la entrada implica quedarse una hora por fuera , que por supuesto se descuenta del salario.

Aunque pagan cumplidamente y las prestaciones sociales son sagradas, el método de trabajo es lo más cercano al pasado, distante a las teorías de la inteligencia emocional desarrollada por Daniel Goleman, según las cuales un trabajador motivado rinde mucho más que uno que ha caído en la apatía y el desgano por culpa de un clima laboral inapropiado.

Si bien el ejemplo puede resultar marginal al prototipo de gerencia y de liderazgo actual, todavía son muchas las compañías que usan los controles exagerados y la supervisión extrema bajo el supuesto de que si se le da empleo y se le paga lo que manda la ley, las personas tienen la obligación de someterse a directrices totalitarias.

¿Puertas abiertas?

Es común observar los recintos llenos de ejecutivos, cuando viene un experto en liderazgo, gestión, administración o gerencia.

Pagan cupos de entrada a precios que alcanzan los seis dígitos a la derecha y hasta salen entusiasmados. ¿Pero ponen en práctica lo dicho? Rara vez, afirma Luz Ángela Cardona, psicóloga organizacional y docente universitaria.

Generalmente, los que promueven la filosofía del ?contrato sicológico? son las grandes compañías, entre ellas las multinacionales.

¿Qué sucede en las otras? No existe un ambiente de trabajo positivo. Imperan las órdenes y las contraórdenes, los procesos de comunicación son deficientes, los beneficios laborales cada vez los recortan más y los anuncios que rezan ?esta es una gerencia de puertas abiertas?, son letra muerta.

Una buena dirección, que conduzca a la competitividad y la productividad, se basa en principios y valores.

Los empleados inspirados, con poder, libres para actuar se exigen a sí mismos y realizan grandes esfuerzos; tienen alto grado de compromiso y están dispuestos a asumir riesgos.

Hermógenes Ardila

Especial para elempleo.com

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