Artículo escrito por: José Manuel Vecino, gerente de Desarrollo Humano de Servibanca
El fin de año es propicio para evaluar y revisar los procesos de la empresa, sus estados financieros, inventarios y ventas, entre otros.
Igualmente, el fin de año es un tiempo para revisar y evaluar la contribución de los empleados, su aporte al desarrollo y cumplimiento de las estrategias corporativas.
Sin embargo, también es el momento de averiguar:
? El impacto de la capacitación en el mejoramiento del desempeño del personal.
? Si los recursos económicos invertidos en la formación y el entrenamiento del personal fueron una inversión que ofreció retorno a la empresa o son un gasto cuyo aporte no se ve reflejado en la productividad de la empresa.
Plan integral tanto corporativo como personal
La capacitación es un proceso fundamental en el cumplimiento de la estrategia definida por la empresa.
Asimismo es un apoyo silencioso, pero definitivo porque tiene la responsabilidad de identificar, diagnosticar y entrenar las competencias personales y laborales requeridas para incrementar la productividad no sólo del puesto de trabajo, sino también de la empresa misma.
El dinero asignado a los procesos de capacitación deberá retornar en beneficio de la empresa cuando se ha hecho un adecuado y cuidadoso diagnóstico de las necesidades de entrenamiento y formación que garanticen no sólo el aprendizaje de quienes asisten a los eventos de capacitación, sino que permita medir el nivel de transferencia de los conocimientos aprendidos en el aula y su impacto en el puesto de trabajo.
¿Cómo saber qué necesita la organización en materia de formación?
El diagnóstico de necesidades de capacitación (DNC) es un proceso cuya metodología puede variar dependiendo del número de personas de la empresa y el sector en el cual se realiza, así como el nivel académico de quienes integran la planta de personal.
Es aceptado que el DNC vaya de la mano con la estrategia de la empresa. Es decir que atienda los requerimientos de cambio y mejoramiento requeridos para lograr los objetivos y metas definidas por la alta dirección.
Los esfuerzos de capacitación, desde el punto de vista del entrenamiento técnico, el desarrollo de habilidades administrativas y desarrollo humano, deben ser una respuesta oportuna a los lineamientos organizacionales, ya que son las personas las que ejecutan la estrategia, son quienes asumen la responsabilidad de dar vida a las formulaciones realizadas en el direccionamiento estratégico.
Todos ponen, todos ganan
Por otro lado vale la pena puntualizar que la responsabilidad de un buen DNC no recae únicamente en la persona asignada por gestión humana para tal fin.
También son co-responsables:
? Los jefes de área
? Los directores de departamento
? Demás cargos con responsabilidad sobre el personal
En este sentido, el DNC debe ser un trabajo conjunto y participativo que:
? Garantice un adecuado diagnóstico
? Permita asegurar el mejoramiento en el desempeño
? Contribuya significativamente en los resultados esperados por la organización.
La capacitación, es un proceso que involucra a todo el personal de la organización.
En este sentido, una de las funciones propias de quien administra la capacitación será permitir que, además de los proveedores externos para los cursos y talleres identificados, tenga en cuenta a los instructores internos.
Es decir, todas aquellas personas que poseen conocimiento especializado y que pueden ser aprovechados para cumplir con los objetivos del entrenamiento propuesto.
En síntesis, un buen programa de capacitación:
? Tiene como punto de partida la estrategia de la empresa
? Vincula a todos los responsables de los procesos, áreas y departamentos
? Administra los proveedores de capacitación tanto internos como externos
? Evalúa el aprendizaje de los funcionarios
? Mide el impacto de la capacitación
? Entrena las competencias laborales y personales necesarias para el incremento de la productividad
Por último, un programa de capacitación se convierte en el aliado estratégico de los administradores de la organización, porque su esencia nace de las necesidades definidas en los objetivos corporativos y se materializa en los eventos que permiten cualificar el desempeño de las personas.
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