En numerosas ocasiones se consulta si realmente es conveniente que la empresa suscriba un contrato escrito para cada uno de sus trabajadores. Y la respuesta siempre es la misma: no solo es conveniente, sino que también es necesario.
Es necesario porque nuestro Código de Trabajo establece con meridiana claridad que solo se permiten los contratos verbales para labores:
? Agrícolas o ganaderas
? Servicio doméstico
? Trabajos temporales o accidentales no mayores de noventa días
En los demás casos, debe existir contrato escrito, bajo pena de que la falta de éste, se imputará siempre al patrono, quien quedaría obligado a probar la inexistencia del vínculo contractual o de los derechos que provienen del mismo.
Y es conveniente porque una buena estructura laboral de la organización inicia con la existencia de contratos individuales de trabajo y políticas internas singulares (o Reglamentos Internos de Trabajo, para quienes los prefieren) que armonicen el poder de dirección del patrono con los derechos fundamentales del trabajador.
Adicionalmente, en un contrato de trabajo, pueden regularse aspectos tan novedosos y sensibles para la empresa, siempre que se sigan los lineamientos dictados por la Sala Segunda de la Corte Suprema de Justicia, como:
? Protección de la información confidencial
? Monitoreo y control de los trabajadores
? Cláusulas de outplacement
? Cláusulas o pactos de no competencia post-contractual.
Estos y otros tópicos, necesarios para mantener la competitividad de la empresa dentro del mercado actual de bienes y servicios tienen en el contrato de trabajo el mejor espacio de aplicación y referencia
Sin embargo, muchas empresas, en algunos casos por desconocimiento y en otros por desidia, dejan pasar la oportunidad de tener contratos escritos de trabajo y simplemente se limitan a firmar con el trabajador una simple acción de personal.
Entonces, si es necesario contar con un contrato de trabajo escrito, cómo pueden hacer aquellas empresas que desean firmar uno con los trabajadores vigentes y no solamente con los de nuevo ingreso.
Muy sencillo, después del encabezado del contrato, agregue como primera cláusula una relacionada con los antecedentes donde ambas partes reconocen que existe relación laboral continua desde determinado tiempo atrás.
Esta breve aclaración dará tranquilidad a los trabajadores y permitirá que se pongan por escrito las condiciones de trabajo, con la aclaración de que si por aquella eventualidad en el contrato escrito se estipularen aspectos diferentes a los que en la realidad suceden, estos últimos, prevalecerán sobre los primeros en virtud del principio de primacía de la realidad que rige en el Derecho Laboral.
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